viernes, 6 de junio de 2014

El accidente nuclear más grave ocurrido en España

Ya son varios los accidentes en centrales nucleares ocurridos en España. Uno de ellos fue el accidente nuclear en Madrid el viernes 7 de noviembre de 1970.
Esa mañana los técnicos del Centro de Energía Nuclear Juan Vigon debían de hacer el trasvase de 700 litros de desechos de alta radiactividad (Estroncio-90, Cesio-137, Rutenio-106 y partículas de Plutonio) desde el tanque A-1 de la planta M-I al depósito T-3 de la planta CIES donde se acumulaban los residuos. Y 5 minútos después del inicio de la operación toda esa cantidad de veneno corría hacia el río Manzanres, arrastrando la contaminación hasta los campos regados por este río, hasta el Jarama e incluso contaminando el Tajo. Los madrileños no fueron informados y consumieron toneladas de hortalizas y verduras contaminadas, al ser regados los campos con el agua del Manzanares.
Los técnicos de la central se marcharon de fin de semana a las 14:45 como cualquier otro viernes, aun sabiendo lo ocurrido, y cesaron las acciones de reparación hasta el lunes 9 noviembre. Hasta dos meses después no se redactó un informe en el que se pedía evaluar los daños y se aportaban algunas medidas a tomar. Tarde y mal, ya que las recomendaciones de evitar los riegos de los campos con agua contaminada y retirar los vegetales contaminados fueron ignoradas.
Algunos hortelanos de la zona vieron como venían inspectores acompañados de policía y sin más explicaciones se llevaban verduras de la huerta. Uno de estos hortelanos fue Benigno Girón, que labraba su tierra en Valcarrada Chica (Villaverde Bajo), operado de cáncer de laringe años después. Luis Lafuente, otro agricultor de Perales del Rio, también comentó que sus plantas se secaron y le informaron que se debía a un vertido de gasoil. Y así podíamos seguir nombrando agricultores hasta San Martín de la Vega, donde los inspectores alegaban otros supuestos vertidos e incluso que compraban las verduras para hacer investigaciones sobre un nuevo pienso para el ganado, llevándose solo algunos vegetales y dejando el resto (sin recomendar que no los consumiesen ni dar más explicaciones)...
Informes de la fecha detectaron media centena de parcelas contaminadas con radiactividad 20 veces superior a lo permitido y los informes posteriores eran aun más preocupantes. Uno de los técnicos del JEN llegó a decir que cuando analizaba muestras en el Jarama, el contador Geiger subió hasta los valores máximos (15.000 cuentas por segundo, cuando lo normal es 100). El mismo asegura “La gente nos preguntaba qué hacíamos y les teníamos que mentir”.
El JEN detectó, en zonas próximas a la Ciudad Universitaria, dosis de un millón de veces superior a la tolerada a lo largo de todo un año, en pocos segundos de medición. Incluso hasta en Toledo se detectaron dosis 10.000 veces por encima de la permitida. En Aranjuez llegaron a ser 75.000 veces superiores. La radiactividad se puso sentir hasta en Lisboa, en la desembocadura del Tajo.
Un año después, algunos periódicos publicaron noticias sobre filtraciones de lo ocurrido, pero que para nada se asemejaban con la realidad. El JEN se encargó de difundir notas tranquilizadoras que decían “No se espera que el escape tenga consecuencias graves a largo plazo. En lo concerniente a las consecuencias a corto plazo, se carece de la información suficiente para llegar a una conclusión”.
Alguna tierra contaminada se enterraron en un descampado del CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), en plena Ciudad Universitaria. Concretamente en el número 22 de la avenida Complutense, cerca de La Moncloa. Y los vegetales contaminados recogidos se han sepultado bajo un sarcófago hecho para ello cerca del campo de fútbol del centro.
Miguel Yuste, de la CGT, y miembro sindical del CIEMAT denuncia hoy día que aun siguen estando los desechos radiactivos enterrados o guardados en las inmediaciones del CIEMAT.
La población no pudo saber toda la verdad de lo que ocurrió hasta 24 años después.
Pero yo me pregunto algo mucho más interesante... ¿Y en la actualidad? Porque el periodo de semidesintegración o hemivida (tiempo estimado para que se desintegren la mitad de los núcleos de un radioisótopo, solo la mitad, no para que deje de ser totalmente radiactivo) del plutonio es de 24.200 de años, siendo de 28,78 años para el Estroncio-90 y de 30,07 años para el Cesio-137 y del Rutenio-106 de casi un año. A mi no me salen las cuentas...
De hecho en mediciones muy recientes aun se sigue detectando restos de plutonio, americio y radio en las proximidades del CIEMAT (situado donde el antiguo JEN).
El propio CIEMAT alerta que en las proximidades del centro se detectan los valores de radiación gamma o rayos gamma más elevados de España.

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